miércoles, 28 de septiembre de 2016

AL ENTRAR EN EL PUERTO.- MALTA (18.05.11)





Cuando entré en el puerto
aquella mañana
al ver la ciudad,
soñé con la Historia
desde mi terraza.

Escuché los ecos
de viejas batallas
entre galeones
de fieros piratas
y recios cañones
en las atalayas.

Al mirar las piedras
por el sol naciente
iluminadas,
desde el camarote,
en el balcón
donde me encontraba
creí ser tal vez
otro marinero
de otra época lejana
y me trasladé
evocando
una aventura
quizás olvidada,
como cuando,
de pequeño,
a esas cosas,
de niños,
jugaba.

Y escuché las voces,
y el chocar metálico
de las espadas.

Vi a los caballeros
que por las calles estrechas
caminaban,
antes de partir
hacia las Cruzadas.

Todo eso sentí
al entrar en puerto
aquella mañana.

Cuando entré en el puerto
de la isla de Malta.

       
          © A. Manrique Cerrato.- 2011





"Hello, I'm calling from Malta"
¡Una paloma sobre la Reina Victoria!

Concatedral, sede de la Orden de Malta
Paseando por La Valletta
Hora de refrescarse

El típico "bus" de la isla

Está bien sentarse un poco antes de seguir con las visita

En la puerta de la Ciudadela de Medina
Volviendo a puerto
"¡En el aire!"

Nuestro "pequeño" barco

Hora de embarcar




¡Adiós Malta!


Volveremos algún día...

lunes, 26 de septiembre de 2016

AQUÍ COMENZÓ LA RECONQUISTA (11.08.14)


Eran tiempos de batallas,
oscura y cruel Edad Media,
de combates y emboscadas  
de luchas, asedios, ... guerras.

En los valles escondidos
bajo las cumbres enhiestas
que desafían al cielo
con los dientes de sus sierras,
una partida de hombres
con fe y orgullo en sus venas
reunido se han en la ermita
que en silencio los contempla.


Don Pelayo es su caudillo,
el Rey Astur que aquí empieza
en las tierras de León
la formidable epopeya.

Alzado sobre su escudo,
proclamada su nobleza,
ante la sagrada imagen
solemne se juramenta.

Entre rocas milenarias,
simas, gargantas, veredas,
profundos desfiladeros
que cortan fieros la tierra,
entre rutas escondidas,
montes,  ríos, bosques, peñas,
comienza la Reconquista
y se inicia la gran gesta.
 
A la Ermita de Corona
que se oculta tras la senda
hemos arribado hoy
de la Historia tras sus huellas.

El sonido del sosiego
protegía fiel la iglesia,  
tan solo el correr del agua,
cristalina entre las piedras, 
se escuchaba dulcemente
en la tranquila pradera.
 







Mas pareciome escuchar
en el aire de las sierras
el choque de los broqueles,
las espadas, las espuelas
y un antiguo juramento
que la montaña se lleva.

Porque aquí fue Don Pelayo
donde comenzó su gesta
y en la Ermita de Corona
escrita está su leyenda.

                       © A. Manrique Cerrato.- 2014